Su nombre se debe a una antigua capilla construida por el terrateniente Francisco "Farruco" Solís, que data de 1840 y es el punto de origen del asentamiento. Geográficamente se encuentra en una zona de transición de la Cuchilla Grande, con una economía históricamente basada en la ganadería y la agricultura. El acceso desde Montevideo es por la Ruta 6, que para conectar con caminos locales al oeste.
La capilla funcionó como centro religioso y social para los establecimientos dispersos del entorno, en una época en que las distancias hacia las villas más cercanas dificultaban el acceso a servicios. Con el tiempo, el topónimo pasó a designar tanto a la capilla como al caserío y a los campos circundantes. Su población nunca alcanzó un núcleo urbano consolidado, manteniéndose como un punto de referencia geográfica y comunitaria en el norte de Durazno.